10 pasos a seguir a la hora de crear un hogar desde cero
Tanto si queremos darle un aire nuevo al hogar con reformas, como si acabamos de comprar o alquilar una vivienda, todos sabemos que no es fácil comenzar a darle forma al hogar partiendo de cero. Por eso, hemos creado una pequeña guía con todos los pasos a seguir.
Comenzar a darle forma a una vivienda puede ser una tarea ardua y difícil, pero, sin duda, muy agradecida. A fin de cuentas se trata de transformar en algo impersonal en algo propio, en un espacio donde sentirte como en ningún sitio: tu hogar. Por eso, toda inversión de tiempo y dinero merecerá la pena a la larga.
Tanto si se trata de una vivienda nueva, como si no, lo primero es afrontar esta tarea con una visión global de toda la casa en su conjunto, de manera que luego nada desentone y todo siga una misma línea y estilo. De esta forma, poco a poco, podremos ir decorando cada una de las estancias. Si todavía no sabes bien cómo enfrentarte a ella, aquí te damos una guía con los 10 pasos a seguir a la hora de crear un hogar desde cero. Sigue leyendo y descúbrelos:
Revisar el estado de la vivienda
Tanto si es de obra nueva, como si es de segunda mano, cualquier casa puede tener fallos o defectos: en las paredes, suelos, los suministros… Así, antes de empezar a pensar en decorar o distribuir, lo primero que debemos hacer es revisar el estado de la pintura, los suelos, la carpintería y las instalaciones o equipos.
Comprobar que no haya desconchados, rayadas, manchas en paredes y suelos. Que la caldera, los radiadores y otros equipos de climatización funcionen correctamente, si es necesario cambiar la instalación o en caso de que no exista, si hace falta ponerla. Verificar que todos estos puntos estén perfectos y, de no ser así, meditar qué, cómo y cuándo sustituir aquello que no funcione.
Ser conscientes de nuestro presupuesto
Una vez sepamos si hay que realizar obras o reparar algo urgente en la vivienda, tenemos que cerrar nuestro presupuesto disponible para acondicionarla y decorarla. Debemos ser conscientes de que, posiblemente, surjan cosas nuevas a comprar, por lo que un margen del 10% sería recomendable. Si no, deberemos ajustarnos estrictamente al presupuesto inicial. Éste variará en función de nuestras posibilidades, claro está, pero también según las necesidades nuestras y de la casa. Así, no es lo mismo un hogar que necesita una reforma integral, que uno que sólo se quiera redecorar.
Si vamos a hacer obras, debemos pensar en si necesitaremos licencias, si podremos realizar nosotros mismos las tareas o si necesitaremos la ayuda de un profesional. También podemos mirar si las reformas pueden estar subvencionadas por el Gobierno.
En el caso del mobiliario, deberemos mirar en aquellas tiendas que se ajusten, no sólo a nuestros gustos, también del dinero disponible. Además de cadenas de mobiliario y decoración de precios baratos, existe la opción del reciclaje de muebles propios o de segunda mano.
Los textiles y otros complementos, los dejaremos para el final, una vez tengamos claro el presupuesto restante. Igualmente, si, de entrada, no disponemos de mucho dinero, siempre podemos ir poco a poco reformando y/o decorando nuestro hogar. Apostando primero por lo imprescindible para la habitabilidad de la vivienda.
Para empezar, debemos ser realistas del espacio disponible, midiendo bien cada estancia de la casa. Una vez las tenemos medidas, toca pensar a qué estará destinada cada una de ellas. Para ello, tendremos en cuenta nuestras necesidades y las ventajas que nos proporcionará este espacio. Así, deberemos examinar factores como la iluminación, la amplitud, la temperatura, orientación o los ruidos: si el estudio deberá tener bastante luz; la habitación del bebé deberá estar cerca de la de los padres…
Según las características del edificio, y, una vez sepamos a ciencia cierta nuestro presupuesto disponible, meditaremos la opción de realizar obras para adecuar el espacio a nuestras necesidades: uniendo estancias mediante la supresión de tabiques o separándolas gracias a la decoración para ganar diferentes ambientes.
Una vez sepamos dónde ubicaremos cada una de las estancias, decidiremos qué muebles y complementos podremos colocar y dónde de cada una de ellas. Este paso también requiere que seamos conscientes de nuestras necesidades, sí, pero también de las posibilidades del espacio. Así, es preferible planificar estancias minimalistas, con pocos muebles y amplios espacios que no agobiarnos con multitud de objetos.
Sea como sea, hoy en día existen multitud de planificadores que nos sirven de ayuda a la hora de dar con la distribución de muebles perfecta. Esta es, sin duda, una opción cómoda y sencilla para decantarnos por una planificación u otra. Si no, siempre podemos recurrir al típico plano a escala y jugar con los muebles de papel hasta lograr la combinación perfecta.
Como ya hemos explicado en más de una ocasión, proyectar la iluminación de cada una de las estancias es realmente importante para realizar cómodamente las tareas diarias en cada una de ellas.
Así, antes de ponernos con el mobiliario o el estilo de la casa, debemos planificar con cuidado cada uno de los puntos de luz de la vivienda. Para empezar, elegiremos el tipo de iluminación, según nuestras necesidades en la estancia y, después, el tipo de bombilla y lámpara. Esto último no será necesario hasta que no nos hayamos decidido por un estilo y seleccionado los muebles.
Decidir el estilo de la vivienda
Este paso, es, sin duda, uno de los más complicados. Minimalista, industrial, clásico, rústico, contemporáneo, retro, escandinavo, vintage, étnico, ecléctico… ¿Qué estilo podemos elegir? Como es lógico, la respuesta sólo la tenemos nosotros. No importa el espacio, ni el presupuesto, tan sólo tenemos que decidir cuál es lo que va más con nuestra personalidad y dejar volar la imaginación.
Si bien lo ideal es seguir con ese estilo en cada una de las estancias de la casa, también podemos optar por combinar dos de ellos que puedan ser complementarios. En este caso, debemos tener mucho cuidado a la hora de elegir cada uno de los muebles y otros elementos, ya que, si mezclamos mucho, puede darnos sensación de agobio.
Elegir la decoración de paredes y techos
Una vez decidido el estilo, debemos actuar en coherencia y elegir los colores que teñirán las paredes, suelos y techos de nuestro hogar. Debemos tener en cuenta, también, que, así como el estilo nos obliga a decantarnos por unas gamas u otras de tonalidades, éstas nos condicionarán a la hora de elegir el mobiliario y otros complementos.
Por ejemplo, para casas rústicas, clásicas o coloniales lo ideal suele ser optar por tonos amarillos, ocres o tierras. En las minimalistas o de estilo escandinavo predominará el blanco en paredes y techos, y, en las contemporáneas destacarán los colores atrevidos combinados con los neutros.
Además del estilo, hay otros factores que afectan a la hora de elegir los colores para nuestra casa, como el color y material del suelo, la luz que tengan las estancias de la vivienda, el color de las puertas o el tamaño del espacio. Así, en espacios pequeños y con poca luz es recomendable el uso de colores claros como el blanco.
Otras opciones para decorar las paredes pueden ser el papel pintado, los fotomurales o los vinilos. Entre todas, deberemos elegir aquellas que más vayan con el estilo de nuestro hogar. Eso sí, debemos procurar, en especial con la pintura y el papel pintado, colocarlos antes de empezar con el mobiliario.
Decorar cocina y baños
Elegir el mobiliario
Tanto en obra nueva como en viviendas de segunda mano, la cocina y baños suelen ser casos diferentes. Muchas veces, en la obra nueva no tenemos posibilidad de elegir los acabados de ambas estancias; En las casas de segunda mano, directamente tenemos esa opción. Sea como sea, en la mayoría de casos tendremos dos alternativas: hacer reformas o personalizar estos espacios mediante el uso de complementos decorativos.
El obrar o no obrar dependerá, claro está, de nuestras ganas y presupuesto para ello. En las viviendas de segunda mano, la sustitución de los sanitarios, electrodomésticos, mobiliario y revestimientos suelen estar a la orden del día. El váter, bidé (si lo hay), bañera o ducha, lavabo, en caso del cuarto de baño; el mobiliario, la zona de cocción, de trabajo o el espacio de comedor… en las cocinas. Igualmente, antes de hacer nada, deberemos planificar bien los elementos que colocaremos y su distribución, según el espacio, la luz y nuestras necesidades.
En las viviendas de obra nueva, si no hemos podido imponer nuestro criterio con la constructora, si bien también podemos optar por las reformas, suele bastar con redecorar el espacio mediante nuevos muebles, cambios de color de paredes y mobiliario, y el uso de complementos como los textiles, las cortinas y accesorios varios.
Una vez tenemos claro los colores y el estilo que predominarán en nuestra vivienda, y el espacio real disponible en cada una de las estancias, deberemos elegir el mobiliario. A la hora de amueblar siempre debemos tener algo claro: menos es más. El hecho de colocar demasiados muebles puede, no sólo, provocar sensación de agobio, además, nos puede impedir movernos con comodidad por la estancia.
En un primer momento, y si nuestro presupuesto no nos permite hacerlo de otra forma, optaremos por comprar o elegir las piezas imprescindibles para nuestro día a día en el hogar: el sofá, alguna mesa, sillas, la cama, el mueble de la televisión…
Poco a poco, iremos amueblando cada una de las estancias de la vivienda, respetando siempre el espacio disponible, sin agobiarlo de muebles, y el estilo de la habitación.
Además de los muebles, paredes, suelos y techos, encontramos otros elementos que también aportan toques de color a la vivienda, la decorar, abrigan y dan calor. Un ejemplo de ello son los textiles: cortinas, alfombras, cojines, ropa de cama… Debemos elegir aquellos que más vayan con el estilo de la casa y que combinen con los colores de muebles y paredes, y para que no den sensación de agobio.
Otros complementos como flores, plantas, velas, espejos, relojes, y otros elementos decorativos nos ayudan a que nuestro hogar parezca menos frío y mucho más acogedor.
Personalizar el hogar
Por último, pero no menos importante, toca personalizar. Está claro que, poco a poco, con todos los pasos que hemos ido llevando a cabo, le han ido dando un toque muy nuestro a nuestra casa, pero, el uso de ciertos elementos personales son los que, realmente, harán de nuestra vivienda, nuestro hogar.
Fotografías de familia, cuadros propios, recuerdos de viajes, nuestra fragancia favorita… cualquier cosa que nos recuerde a nosotros o nuestra familia hará que, cada vez que entramos en casa, sintamos que no hay mejor lugar posible para nosotros.