Ubicación, Riego, Abono, Trasplante, Problemas
Al adquirir una planta debemos conocer cuál va a ser la ubicación más idónea en la casa. Luz, temperatura y humedad son las tres cosas a tener en cuenta.
Hay plantas que necesitan luz intensa y otras que se adaptan a vivir con poca luz.
LUZ INTENSA: Bromelias, Azaleas, Orquídeas, Picus, Cyclamen...
LUZ ESCASA: Algunas drácenas, Syngonium, Chamaedoreas, Aglaonemas, Spathiphyllum...
Para no equivocarnos, lo mejor es siempre consultar en el propio centro de jardinería sobre la planta en que estemos interesados.
Una vez situada la planta, hay que evitar cambiarla de sitio (a no ser que el sitio no sea el correcto, que habrá que rectificar) y también tendremos que tener cuidado con ciertas plantas con las corrientes de aire.
Consejos:
- Evitar pegarlas a ventanas con mucho sol para evitar que se quemen.
- Ir dando la vuelta a la planta sobre sí misma para que el crecimiento sea uniforme y evitar que la planta se deforme.
- Si se trata de plantas que requieren mucha humedad ambiental, pulverizar las hojas de vez en cuando.
Riego
Una vez nos aseguramos de que la planta ha sido colocada en un lugar adecuado, tendremos que preocuparnos de proporcionarle los cuidados básicos. Y el mayor de los cuidados lo constituye el riego.
Los dos mayores errores que debemos evitar son:
- Falta de drenaje.
- Riegos en exceso.
- Falta de drenaje: Lo primero que debemos verificar es que la maceta drena bien y para ello debemos asegurarnos de que esté agujereada en el fondo. También, para conseguir un buen drenaje, es bueno poner en el fondo de la maceta cualquier tipo de gravilla.
- Riegos en exceso: El principal error que se comete con las plantas de interior es un riego excesivo. El agua estancada dentro de la maceta es perjudicial porque hace que las raíces vayan pudriéndose y la planta muera. En estas condiciones de exceso de riegos, los hongos aprovechan para colonizar las raíces.
¿Cómo sabemos que existe un exceso de agua?
Las hojas empiezan a ponerse amarillas y van cayendo. Los tallos empiezan a debilitarse y en algunos caso cobran un color oscuro (pudrición).
Es más fácil que una planta muera por exceso de agua que por sequedad.
¿Cómo sabemos que existe falta de riego?
Sabemos que nuestras plantas están pasando sed si las hojas van perdiendo brillo, tienen un aspecto deshidratado y se van quedando hacia abajo.
¿Cada cuánto regar?
Cada planta necesita un aporte de agua diferente. Lo mejor es meter el dedo y tocar el sustrato y comprobar si está húmedo o seco.
En la mayoría de los casos las plantas de interior prefieren un riego copioso y dejar que la tierra se seque un poco entre riego y riego. Si bien, hay plantas que necesitan tener siempre el sustrato húmedo (culantrillo, azaleas, …)
También hay que tener en cuenta que cuando las plantas están en plena floración necesitan más agua que cuando están en época de reposo.
¿Qué agua es la más adecuada para el riego?
Lo ideal es regar las plantas de interior con agua de lluvia. En caso de no poder recoger agua optaremos por el agua del grifo, pero teniendo en cuenta que esta agua suele venir con un exceso de cal que dañaría a nuestras plantas.
Se puede disminuir la dureza del agua de las siguientes formas:
- Dejando reposar el agua de un día para otro, para que la cal se deposite en el fondo. A la hora de regar se debe desechar el agua del fondo, pues es la que contiene la cal.
- Hervir el agua.
- Añadir limón o vinagre al agua para contrarrestar la cal.
|
Planta pudriéndose por exceso de riego |
¿Cómo debemos efectuar el riego?
|
Planta con falta de riego |
Por norma general, regaremos desde arriba usando una regadera o cualquier otro recipiente.
No obstante, hay plantas que debemos evitar que se mojen sus hojas, así es que las regaremos desde abajo, con la ayuda de un platito. Consiste en poner la maceta sobre un plato con agua durante un rato y una vez absorbida, retirar el exceso de agua.
Consejos:
Evitaremos mojar las hojas en todas aquellas plantas cuyas hojas tengan apariencia aterciopelada o velluda, como la violeta, el cyclamen, la begonia o la azalea.
Las plantas más vulnerables a aguas con mucha cal son aquellas que necesitan tierras ácidas, como las camelias, hortensias, gardenias,… La cal baja siempre el grado de acidez de la tierra.
Abonado
Las plantas de interior, al permanecer siempre en maceta, van quedando pobres en nutrientes y esta carencia habrá que combatirla con fertilizantes.
¿Cómo sabemos que la planta necesita ser abonada?
Nos avisa por sus hojas descoloridas y pálidas y por su poco crecimiento.
¿Cómo sabemos que la planta está siendo abonada en exceso?
Nos avisa por sus quemaduras en las hojas, o por sus tallos larguiruchos y débiles.
¿Qué tipo de fertilizante usar?
Fertilizantes líquidos: Se venden en botella. Se mezclan con el agua de riego en la regadera utilizando la dosis que indica el fabricante. La planta los absorbe rápidamente, por eso hay que repetir a menudo. Cada 15 días durante el ciclo de crecimiento de la planta (suele ser primavera-verano) y 1 vez al mes durante el ciclo de reposo (invierno)
Fertilizantes de liberación lenta: Se venden en forma de bolitas, pastillas o clavos y se van disolviendo lentamente en el sustrato. La planta lo va absorbiendo lentamente, por eso sólo habrá que efectuar 2 ó 3 aplicaciones al año.
Consejos:
Regar siempre después del abonado.
Para plantas verdes, aplicar un fertilizante específico para ellas. (Fertilizante para Plantas Verdes), que debe ser rico en Nitrógeno.
Para plantas de flor, aplicar un fertilizante que contenga más Fósforo y Potasio. (Fertilizante para Plantas de Flor)
Trasplante
El trasplante se efectuará cuando notemos que la planta ha quedado muy apretada en la maceta y que su crecimiento es escaso.
¿Cómo se efectúa el trasplante?
• Una vez elegida una maceta mayor en la que vamos a colocar la planta nos aseguraremos de que su base está agujereada y permitirá un buen drenaje.
• Colocar en el fondo de la maceta algún tipo de gravilla (picón ) para evitar el encharcamiento en la base.
• Despegar la planta de la maceta en la que se encuentra, retirar tierra y airear las raíces, cortando las que tengan aspecto viejo.
• Colocar en la nueva maceta asegurándonos de que queda centrada.
• Rellenar con sustrato, empleando siempre el que sea más adecuado a la planta (Sustrato para planta verde, Sustrato para planta de flor, Sustrato para cactus,…)
• Se puede poner otra capa de gravilla en la superficie, tanto a modo de decoración como para ayudar a mantener la humedad.
¿Cuándo trasplantar?
Por norma general, se debe trasplantar en la época de reposo de la planta, una vez acabado el período de floración. Si trasplantamos con flor podemos perjudicar la floración.
Problemas
Por orden de gravedad, los tres diferentes problemas a los que nos podemos enfrentar en el cuidado de plantas de interior son: Trastornos, Plagas, Enfermedades.
Simplemente con darnos cuenta de lo que está pasando y rectificar, nuestra planta se recuperará.
Causas
|
Trastornos
|
Riegos excesivos
|
- Hojas amarillas
- Pudrición del tallo.
- Hojas con manchas
|
Riegos escasos
|
- Hojas secas
- Planta marchita
|
Falta de luz
|
- Hojas pálidas o amarillentas que pueden ir
cayendo
- Pocas flores
|
Sol directo
|
- Hojas con quemaduras (manchas marrones)
- Hojas marchitas
|
Aire seco/temperaturas altas
|
- Puntas y bordes secos
- Hojas abarquilladas y secas debido al calor.
|
Falta de abono
|
- Falta de crecimiento.
- Hojas descoloridas
|
Exceso de abono
|
- Plantas con bordes y puntas quemadas
- Tallos muy débiles
|
Necesidad de trasplante
|
- Se paraliza el crecimiento de la planta por
raíces muy apretadas.
|
Riegos con agua calcáreas
|
- Las hojas se amarillean
- La cal provoca pérdida de minerales (hierro, zinc)
- Se corrige aportando quelatos de hierro a la planta y cambiando el agua de
riego.
|
Trastornos: Cuando hablamos de trastornos no referimos a problemas de fácil solución. Generalmente son originados por un mal cuidado de la planta.
Plagas: Hablamos de plagas cuando diferentes tipos de bichos se apoderan de nuestras plantas y las van dañando.
En este caso debemos identificar de qué tipo de bicho se trata para combatirlo con el insecticida adecuado.
Es importante tratar la planta si vemos que está siendo atacada por insectos porque éstos al picar las hojas y los tallos van creándoles heridas a las plantas por las que puede colarse algún hongo o cualquier otra enfermedad.
Los insectos van picando la planta y tomando su savia y parte de esta sabia que toman la excretan como líquido azucarado (melaza) sobre el que se asienta otro hongo llamado Negrilla.
Plagas más comunes: • Cochinillas • Pulgones • Mosca blanca • Trips • Araña roja • Orugas • Rosquillas • Minadores • Caracoles y babosas.
En el centro de jardinería le aconsejarán sobre qué insecticida aplicar.
Enfermedades: Las pueden causar tres agentes, Hongos, Bacterias y Virus. En la mayoría de los casos son debidas a hongos y se deben combatir con fungicidas. En el caso de que se trate de bacterias o virus, no hay productos eficaces, así es que lo único es prevenir.
Tal y como advertíamos en el capítulo de riego, la mayor parte de las veces los hongos son consecuencia de riegos mal hechos o hechos en exceso. También pueden ser causa de hongos heridas infectadas que se producen por picaduras de insectos, cortes, grietas o lesiones por granizo.
Hay diferentes tipos de enfermedades causadas por hongos.
Las señales que nos pueden indicar que se trata de un hongo son:
• Hojas que se van amarilleando de dentro hacia fuera y se marchitan.
• Pudrición acuosa de la base de los tallos, en algunos casos (Botritis) acompañada de moho gris sobre la planta.
• Polvillo blanco sobre las hojas (Oidio)
• Polvo seco negro, que en casi todos los casos tiene consistencia pegajosa (Negrilla) debido a la melaza que van excretando los insectos que anteriormente a la aparición del hongo han invadido la planta.
• Manchas de color negro o pardas, bien delimitadas que van creciendo y se van secando (Alternariosis)
Se trate del hongo del que se trate, la forma de combatirlo es la misma:
• Disminuir los riegos y la humedad ambiental.
• Proporcionar a la planta una buena ventilación
• Cortar las partes enfermas y limpiar bien las herramientas de poda.
• Aplicar fungicidas.
En muchas ocasiones, si el ataque es muy grave, es preferible desechar la planta antes de que se produzca el contagio a las demás.
En caso de que se trate de un ataque por bacterias o virus, notaremos que la planta además de ir pudriéndose, despide mal olor. No obstante, se hace muy difícil de diagnosticar este tipo de enfermedades y su tratamiento prácticamente no existe. Lo mejor es la prevención y eliminar las plantas enfermas quemándolas.
Fuente y Agradecimientos