El respeto es fundamental para lograr una convivencia fluida con los vecinos, "tus derechos acaban cuando empiezan los de los demás"
El ladrido continuo y excesivo de un perro, tanto de día como sobre todo de noche, sí puede ocasionar molestias a los vecinos. La tolerancia y el respeto mutuo por parte de las personas que conviven con perros y quienes no, son fundamentales para que el día a día en la urbanización transcurra con normalidad y sin problemas.
Ver también:
La responsabilidad del dueño del perro en la comunidad
Está totalmente prohibido el paso y estancia en las zonas comunes, excepto el uso del camino más corto hacia el exterior de la urbanización.
La Ley 49/1969, sobre Propiedad Horizontal no prohíbe la tenencia de animales domésticos en las viviendas privadas, pero deben de respetarse los Estatutos y las Normas de Régimen Interno.
Un perro educado no tiene por qué resultar una fuente de conflictos. Sin embargo, las molestias más habituales, y que más denuncian los vecinos, son las que impiden su descanso por ladridos constantes.
El ladrido continuo y excesivo de un perro, tanto de día como sobre todo de noche, sí puede ocasionar molestias a los vecinos. La tolerancia y el respeto mutuo por parte de las personas que conviven con perros y quienes no, son fundamentales para que el día a día en la urbanización transcurra con normalidad y sin problemas.
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